Sedienta de venganza, Jade se cambia a St. Andrews para poner en marcha su plan de destruir a cada uno de los que le hicieron daño. Su estrategia es acabar con la vida de los chicos dorados desde adentro, y tiene el arma perfecta: un joven llamado Mack, cuya ambición y lealtad podrían tornarse mortales. Jade tomará el control y se apoderará de la escuela para coronarse reina de St. Andrews... si es que sobrevive.