Helen Brooks naciÃŗ y se criÃŗ en Northampton, Inglaterra, donde sigue viviendo hoy con su marido y su familia. Aunque ha disfrutado de maravillosas vacaciones por todo el mundo, nunca ha sentido la tentaciÃŗn de vivir en otro sitio, aunque algÃēn dÃa le gustarÃa tener una casita en la playa. Helen conociÃŗ a su marido a los diecisÊis aÃąos y treinta y cinco aÃąos mÃĄs tarde, entre ellos sigue habiendo magia. Tienen tres hijos, Cara, Faye y BenjamÃn y siempre han tenido un pequeÃąo zoo en casa que, en este momento, se limita a dos encantadores perros que podrÃan actuar en un espectÃĄculo canino. A causa de los niÃąos, los amigos y los perros, la casa siempre estÃĄ llena de actividad y la despensa... vacÃa, pero a Helen le encanta que sea asÃ. Helen empezÃŗ a escribir en 1990 cuando estaba a punto de cumplir una edad crucial: los 40. Entonces se dio cuenta de que sus dos sueÃąos de adolescente (escribir una novela y aprender a conducir) se habÃan perdido en medio de paÃąales y tareas domÊsticas. Y decidiÃŗ resucitar esos sueÃąos. Su primera novela, que enviÃŗ a Harlequin Mills & Boon, fue aceptada despuÊs de hacer algunos cambios y consiguiÃŗ sacarse el permiso de conducir (lo primero fue una alegrÃa y lo Ãēltimo una pesadilla). Helen acaba de terminar su novela nÃēmero 38 para Harlequin, ademÃĄs de varias sagas. Cristiana convencida y amante de los animales, para Helen disfrutar de un momento de descanso es un premio, pero siempre encuentra tiempo para dar largos paseos por el campo con su marido y los perros, para ir al cine o al teatro, para leer, nadar e invitar a sus amigos a cenar en casa. TambiÊn le gusta sentarse en el jardÃn con una copa de vino (aunque ella dice que nunca estÃĄ descansando, sino pensando). Desde que se convirtiÃŗ en escritora profesional, Helen disfruta mucho de su trabajo y a menudo se sorprende cuando los personajes de sus novelas parecen desarrollar una vida propia. Le encanta explorar lo que le gusta a los lectores y cree que el viejo proverbio: "la realidad siempre supera la ficciÃŗn", es absolutamente cierto. Le encantarÃa ponerse en contacto con sus admiradores a ambos lados del AtlÃĄntico. Si lo deseas, puedes hacerlo escribiendo a Harlequin.