Cuando, poco después, Basil acaba el retrato de Dorian, la visión de su propia hermosura lo golpea como una revelación: sus rasgos son maravillosos pero solo permanecerán así, inalterados, sobre el lienzo. ¿Por qué no podría ser el cuadro quien envejeciera y que en cambio él se mantuviera joven para siempre? Dorian daría cualquier cosa por hacerlo posible. Incluso su alma.
Novelista, poeta y dramaturgo, Oscar Wilde (1854-1900) nació en Dublín y se formó en el ambiente universitario británico. Viajó mucho y se instaló en París, donde conoció a autores como Zola, Gide o Mallarmé. Fue un hombre excéntrico que se vio sometido a juicio, encarcelado y condenado a trabajos forzados por su homosexualidad. El decadentismo y el esteticismo, pero también su peripecia vital influyeron fuertemente en su creación literaria. El fantasma de Canterville (1888), La importancia de llamarse Ernesto (1895), De Profundis (1905) y, cómo no, El retrato de Dorian Gray (1890), fueron sus mejores obras.