Ocho semanas después, Luca aún no había dejado de pensar en Polly, a la que ansiaba con locura. Pero su mundo dio un vuelco cuando ella le informó de que se había quedado embarazada, porque no iba a permitir que otro Salvatore creciera sin sentirse querido. ¿Y cuál era su solución? ¡Ascender a su antigua secretaria al puesto de esposa! Ahora, solo tenía que convencerla de que firmara su nuevo contrato.