"TodavÃa no lo sabes, Âŋverdad?" Los ojos de Michael se encontraron con los de ella, su mirada ardiente buscando la respuesta. "ÂŋNo sabes quÃĐ?", ââRespondiÃģ Julia. Pero mientras hablaba, la mano de Michael llegÃģ a la parte superior de su muslo y ÃĐl se quedÃģ allÃ. Julia no estaba segura de lo que la poseÃa en ese momento, pero no se apartÃģ. En cambio, extendiÃģ los muslos ligeramente, lo suficiente como para hacerle saber a Michael que no querÃa que se detuviera. Nunca habÃa sido tan valiente en su vida, alentando a un casi desconocido como este en medio de un campo vacÃo. Pero ella habÃa pasado casi cada minuto desde que habÃa llegado a casa ardiendo, frustradamente excitada, y su cuerpo no iba a dejar pasar la oportunidad de quitarle el borde. Ella no pudo evitarlo. Michael se quedÃģ quieto, y ella la separÃģ ...