El Rey Jesús declaró que el Reino de los Cielos está por venir. El reino de Dios viene con poder y gran gloria. Jesús estaba lleno del poder del Reino y demostró ese poder al sanar a los enfermos y expulsar demonios. También les dio autoridad y poder a sus discípulos. El Rey Jesús nos da el reino a través del bautismo del Espíritu Santo. En el Reino de Dios no hay enfermedad, ni muerte, ni tristeza, ni llanto. El Rey destruye las obras y los poderes de las tinieblas y establece su reinado en la Tierra para siempre.