Pero, después de llevar dos años manteniendo relaciones con Cathie Morris, representante de una compañía farmacéutica, Sam no conseguía convencerla de que la quería y de que sería maravilloso que se casaran.
Ella parecía ser una soltera empedernida y, lo que era peor, lo veía más como un objeto sexual que como un futuro marido. Sam decidió entonces tomar medidas drásticas, con la esperanza de que ella se rindiera a él.