Belleza, comunión, imaginación y una serena nostalgia del pasado y del futuro se suceden en este libro de pequeños grandes poemas.Bienvenido, Okaeri, bienvenido.
Juan Antonio Bernier
Nacido en Córdoba (1976), Eduardo Chivite es profesor de Literatura Dramática de la ESAD de Sevilla. Doctor en Literatura Española y licenciado en Filología Hispánica por la UCO, y en Escenografía por la ESAD de Córdoba. Responsable de la antología poética 'La sátira contra la mala poesía 1554-1610' (Córdoba, Berenice, 2008), y de 'Terreno fértil. Un ámbito poético: Córdoba, 1994-2009' (Sevilla, Cangrejo Pistolero Ediciones, 2010).
Ha colaborado como crítico en las revistas como Istmo (2003), Voz y Letra (2003), Alfinge (2004), y Paseo cultural (2007); realiza reseñas de crítica literaria habitualmente para el blog Las Noches Del Cangrejo.
Autor y productor de 'Sharaija murió con trece años' (Córdoba, La Bella Varsovia, 2008), representada en la ESAD de Córdoba el 21 y 22 de abril en la XXXV Feria del Libro, y el 20 de diciembre de 2008 en el Festival de Teatro Escolar en Español organizado por la embajada española en Sofía (Bulgaria). Incluido en la antología 'Edad Presente' (Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2003); en 'Las Noches del Cangrejo. Antología de Poetas en Platea' (Sevilla, Cangrejo Pistolero Ediciones, 2008); y en 'Terreno fértil' (Sevilla, Cangrejo Pistolero Ediciones, 2010). Asimismo es autor de su libro de poemas 'Okaeri' (Editorial Cántico, 2021).
Promotor cultural junto a Juan Antonio Bernier de Las Noches poéticas del Can Can (temporada 1998-1999), desde la editorial independiente Un Papel en el Agua; junto a Miguel Gómez Losada del ámbito interdisciplinar Agujas de pino; y promotor teatral del proyecto Entre actos con Antonio Lucena (La Caja del Agua), para Eutopía 08.
Una de las últimas motivaciones de Miguel Gómez Losada ha sido el concepto Sehnsucht, una palabra alemana típica de la cultura romántica que no tendría traducción exacta al castellano. Indica anhelo hacia alguna cosa intangible, podría unir la nostalgia y la esperanza “en forma de incontrolable deseo en el corazón del hombre hacia no se sabe qué”. Este deseo de un tiempo grande, en contraposición a la actualidad mediática, tiempo chico, ha sido siempre la poética de Miguel. Pintura de época, como él mismo la define, o pintura de lejanía, en donde la añoranza del pasado o del tiempo que está por venir le predispone a lo remoto: jardines versallescos, castillos de España, un duelo a esgrima, carruajes, soldados en el paisaje, arquitecturas del frío; poniendo el óleo al servicio del Sehnsucht, o viceversa. Su pintura podría considerarse un ejercicio espiritual de gran belleza, hondura y una rara elegancia.