Lo que prometes impacta de manera directa e inmediata en la manera en cómo te percibe los demás y, por supuesto, cómo te ves a ti mismo. Al no cumplir una promesa, tu credibilidad es cuestionada y no solo genera enojo, también desconfianza en los demás. Al prometer algo, la otra persona espera un resultado de ti -no importa si es una acción, ir a una fiesta, mandar un papel- y si no se cumple, hay consecuencias.