Los malos pensamientos y las malas acciones tienen un rostro. Uno que difícilmente cualquiera es capaz de ver.
Son aquellos los pobres infelices que lo han logrado, los que ahora viven en constante agonía. Suplican por olvidar algo que es inolvidable y añoran regresar el tiempo, donde el cause de sus acciones pudieran cambiar su tormentoso presente.
El protagonista de la historia es una oda hacia el arrepentimiento.