Vivimos rodeados de puertas. Algunas se abren con un suave empujón, otras requieren fuerza o una llave específica. También las hay que parecen invisibles: puertas interiores, invisibles pero palpables. Este libro comienza con la imagen de una puerta, ya que es a la vez concreta y simbólica. Una puerta representa el paso, la elección y un umbral. También representa la valentía de abandonar lo familiar y cruzar hacia lo aún no experimentado.
En este sentido, la puerta es más que un objeto: es una metáfora del autoconocimiento, de la plenitud interior, del viaje que cada persona debe recorrer dentro de sí misma. Hay momentos en que el alma se inquieta, como si algo dentro de nosotros llamara suave, o desesperadamente, desde el otro lado. Es la llamada. Una invitación silenciosa a mirar hacia dentro, a escuchar con más atención, a cruzar el portal entre quienes somos y quienes podemos ser.
Este libro es una invitación a este viaje. No pretende ofrecer respuestas prefabricadas, sino suscitar preguntas esenciales. A lo largo de estas páginas, exploraremos qué significa escuchar esta llamada, reconocer las puertas que se presentan —internas y externas— y armarnos de valor para cruzarlas.
La búsqueda es personal, pero no solitaria. Y si sientes esta inquietud, quizás estés ante tu propia puerta, listo para abrirla. Que esta lectura te sirva de guía y espejo. El camino comienza aquí.
Nacido en un pequeño pueblo enclavado entre montañas y ríos, Ari El Luzi creció rodeado de naturaleza y en sintonía con el ritmo de las estaciones. Desde niño, lo impulsó una mente inquieta y contemplativa, profundamente centrada en la búsqueda espiritual.
Criado en un hogar que valoraba el conocimiento y la reflexión, se sumergió en los estudios filosóficos y religiosos desde muy joven, donde el Libro de Enoc se convirtió en un hito en su viaje interior. Con los años, viajó a diferentes países y tradiciones espirituales, profundizando en el misticismo, el simbolismo y las escrituras antiguas.
Su escritura nace de la experiencia y el servicio, fruto de un viaje de autodescubrimiento y un deseo genuino de despertar la esencia latente de la humanidad. Con humildad y profundidad, Ari comparte palabras que iluminan el camino de quienes, como él, buscan el verdadero sentido de la existencia.