CrushStations es un juego diseñado para entrenar la memoria de trabajo, una subhabilidad de las funciones ejecutivas. La memoria de trabajo implica retener información en la mente y trabajar mentalmente con ella (Diamond, 2013).
Los jugadores deben recordar el color y el tipo de criaturas para liberarlas y mantenerlas fuera del alcance del pulpo hambriento.
¿Cómo facilita esto el aprendizaje?
Las funciones ejecutivas se refieren a un conjunto de procesos cognitivos descendentes y orientados a objetivos que permiten a las personas controlar, supervisar y planificar comportamientos y emociones. El modelo de Miyake y Friedman respalda una visión de unidad y diversidad de las funciones ejecutivas, ya que incorpora tres componentes distintos pero relacionados: control inhibitorio, cambio de tareas y actualización (Miyake et al., 2000).
¿Cuál es la evidencia científica?
Nuestra investigación sugiere que CrushStations es una forma eficaz de entrenar la memoria de trabajo.
El estudio que respalda esta afirmación se publicará próximamente.
Las investigaciones han demostrado que las FE se relacionan con el rendimiento en lectoescritura y matemáticas, así como con mejoras a largo plazo en el rendimiento escolar y la preparación académica (Blair y Razza, 2007; Brock, Rimm-Kaufman, Nathanson y Grimm, 2009; St Clair-Thompson y Gathercole, 2006; Welsh, Nix, Blair, Bierman y Nelson, 2010) y que las disparidades en las FE entre niños en edad preescolar de hogares con bajos ingresos y de hogares con altos ingresos pueden contribuir a la brecha de rendimiento (Blair y Razza, 2007; Noble, McCandliss y Farah, 2007).
Este juego forma parte de Smart Suite, creado por el laboratorio CREATE de la Universidad de Nueva York en colaboración con la Universidad de California, Santa Bárbara, y el Centro de Posgrado de CUNY. La investigación que se presenta aquí fue financiada por el Instituto de Ciencias de la Educación del Departamento de Educación de los Estados Unidos, mediante la subvención R305A150417 a la Universidad de California, Santa Bárbara. Las opiniones expresadas son las de los autores y no representan las del Instituto ni del Departamento de Educación de los Estados Unidos.