Mi Propio Planeta
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PEGI 3
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Acerca del juego
Un juego hyper-casual con controles simples y una estructura intuitiva que cualquiera puede disfrutar.
Sin sistemas ni configuraciones complejas, captura el proceso de crear y expandir un pequeño ecosistema en evolución.
La historia comienza en un planeta tranquilo y solitario flotando en algún lugar del espacio.
Al principio no hay nada—solo un personaje y un hacha de piedra.
Tú controlas a este personaje para traer vida al mundo y moldear el entorno poco a poco.
Muévete con un joystick y toca la pantalla para lanzar el hacha de piedra.
El personaje no recolecta recursos directamente, pero juega un papel central en generar formas de vida y provocar cambios ambientales.
Al lanzar el hacha a las nubes para hacer llover, cazar animales o talar árboles, inicias el flujo de recursos.
El juego se basa en cuatro recursos clave: agua, aire, comida y leña.
Son esenciales para crear diferentes formas de vida.
El agua se obtiene al lanzar el hacha a las nubes para hacer llover.
El aire aumenta automáticamente una vez al día, según la cantidad de plantas que hayas creado.
La comida se consigue cazando animales y haciendo que los humanos recojan la carne.
La leña se obtiene al talar árboles y hacer que los humanos recojan los troncos.
Cada forma de vida necesita recursos específicos para ser generada.
Las plantas requieren agua, los animales necesitan agua y aire, y los humanos solo pueden crearse si hay agua, aire y comida disponibles.
Una vez creados, los seres vivos comienzan inmediatamente a desempeñar sus funciones asignadas.
Los humanos recolectan automáticamente los recursos cercanos, desempeñando un papel clave en la automatización del ecosistema.
También ganan experiencia cada vez que recogen recursos. Al subir de nivel, aumenta su velocidad de movimiento,
permitiéndoles recolectar con más eficiencia a medida que crecen.
A medida que se acumulan recursos, puedes usar leña para subir el nivel del planeta.
Un nivel más alto significa un área mayor, más formas de vida generadas
y una hoguera más intensa, lo que aporta una sensación visual de progreso.
Puedes acercar y alejar para observar cada ser en detalle,
y usar el minimapa en la esquina superior derecha para ver la distribución de las criaturas de un vistazo.
El juego elimina sistemas innecesarios y se centra en el bucle principal del flujo de recursos y la gestión de la vida.
A medida que sigues la conexión entre recursos y seres vivos, te sumerges naturalmente en el juego.
Está diseñado para que aprendas su flujo de forma intuitiva, sin necesidad de largas instrucciones.
Empieza de forma sencilla, pero cómo se desarrolla la historia depende completamente de tus decisiones y del orden en que actúes.
Lo que comienza con un simple hacha de piedra puede convertirse en un mundo completo—
y ese mundo está completamente en tus manos.
Sin sistemas ni configuraciones complejas, captura el proceso de crear y expandir un pequeño ecosistema en evolución.
La historia comienza en un planeta tranquilo y solitario flotando en algún lugar del espacio.
Al principio no hay nada—solo un personaje y un hacha de piedra.
Tú controlas a este personaje para traer vida al mundo y moldear el entorno poco a poco.
Muévete con un joystick y toca la pantalla para lanzar el hacha de piedra.
El personaje no recolecta recursos directamente, pero juega un papel central en generar formas de vida y provocar cambios ambientales.
Al lanzar el hacha a las nubes para hacer llover, cazar animales o talar árboles, inicias el flujo de recursos.
El juego se basa en cuatro recursos clave: agua, aire, comida y leña.
Son esenciales para crear diferentes formas de vida.
El agua se obtiene al lanzar el hacha a las nubes para hacer llover.
El aire aumenta automáticamente una vez al día, según la cantidad de plantas que hayas creado.
La comida se consigue cazando animales y haciendo que los humanos recojan la carne.
La leña se obtiene al talar árboles y hacer que los humanos recojan los troncos.
Cada forma de vida necesita recursos específicos para ser generada.
Las plantas requieren agua, los animales necesitan agua y aire, y los humanos solo pueden crearse si hay agua, aire y comida disponibles.
Una vez creados, los seres vivos comienzan inmediatamente a desempeñar sus funciones asignadas.
Los humanos recolectan automáticamente los recursos cercanos, desempeñando un papel clave en la automatización del ecosistema.
También ganan experiencia cada vez que recogen recursos. Al subir de nivel, aumenta su velocidad de movimiento,
permitiéndoles recolectar con más eficiencia a medida que crecen.
A medida que se acumulan recursos, puedes usar leña para subir el nivel del planeta.
Un nivel más alto significa un área mayor, más formas de vida generadas
y una hoguera más intensa, lo que aporta una sensación visual de progreso.
Puedes acercar y alejar para observar cada ser en detalle,
y usar el minimapa en la esquina superior derecha para ver la distribución de las criaturas de un vistazo.
El juego elimina sistemas innecesarios y se centra en el bucle principal del flujo de recursos y la gestión de la vida.
A medida que sigues la conexión entre recursos y seres vivos, te sumerges naturalmente en el juego.
Está diseñado para que aprendas su flujo de forma intuitiva, sin necesidad de largas instrucciones.
Empieza de forma sencilla, pero cómo se desarrolla la historia depende completamente de tus decisiones y del orden en que actúes.
Lo que comienza con un simple hacha de piedra puede convertirse en un mundo completo—
y ese mundo está completamente en tus manos.
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